
Al menos 74 muertos dejó el bombardeo efectuado por Estados Unidos en la noche del jueves contra el puerto petrolero de Ras Issa, en la costa del mar Rojo, en Yemen, según informan este viernes (18.04.2025) medios vinculados a los hutíes. El canal de TV 'Al Masirah', portavoz de los rebeldes, situó además en 171 el total de heridos en este ataque, citando datos de la Oficina de Salud de Al Hudeida.
El Comando Central de Estados Unidos (Centcom) aseguró, en un comunicado, que destruyó el puerto de combustible de Ras Issa, controlado por los insurgentes, a quienes acusan de "beneficiarse económica y militarmente" de estas instalaciones para vender combustible y financiar sus operaciones. Se trata del ataque más mortífero lanzado por EE.UU. desde que comenzaron sus bombardeos contra los hutíes, el 15 de marzo.
Ras Issa, junto con los puertos de Al Hudeida y Salif, recibe alrededor del 70 por ciento de todas las importaciones y el 80 por ciento de la ayuda humanitaria que entra a Yemen, de acuerdo con cifras de Naciones Unidas. En cambio, Estados Unidos y otros países denuncian que es utilizado por los hutíes para importar y exportar petróleo de forma ilícita.
«Las ganancias de estas ventas ilegales financian y sostienen directamente las actividades terroristas de los hutíes», sostuvo el Centcom en su comunicado, donde afirmó que «las fuerzas estadounidenses tomaron medidas para eliminar esta fuente de combustible» para los insurgentes «y privarlos de ingresos ilegales que han financiado sus esfuerzos para aterrorizar a toda la región durante más de diez años».
Los hutíes acusaron a EE.UU. de cometer un "crimen de guerra". «Esta agresión completamente injustificada representa una flagrante violación de la soberanía y la independencia de Yemen y un ataque directo a todo el pueblo yemení», afirmaron los rebeldes. «El ataque tiene como objetivo una instalación civil vital que ha servido al pueblo yemení durante décadas», agregaron.
Irán, estrecho aliado de los hutíes, condenó los "bárbaros” ataques estadounidenses, a los que calificó como una «flagrante violación de los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas». El gobierno yemení reconocido internacionalmente, en tanto, responsabilizó a los hutíes por lo ocurrido, por «haber transformado esta instalación vital en un centro de contrabando de armas y combustible iraníes y una fuente de financiación de sus actividades terroristas».
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