La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCAH) alertó que el persistente ataque israelí en las urbes y terrenos del norte de Cisjordania continúa generando efectos humanitarios desoladores.
De acuerdo con el reporte diario de la OCHA, las autoridades de Israel han iniciado el derribamiento de más de 16 construcciones en el campo de refugiados de Nur Shams, después de la aniquilación de más de 20 hogares en la región la semana anterior. Estas demoliciones están ocurriendo en los campos de Yenín, Tulkarm y Nur Shams, causando el desplazamiento de decenas de miles de habitantes, quienes no pueden volver a sus viviendas.
Una evaluación reciente de OCHA y UNRWA, realizada la semana anterior en aproximadamente doce albergues públicos, mostró una severa carencia de agua, fármacos, ropa de cama, instalaciones de salud y utensilios de higiene para los individuos desplazados en los albergues de Yenín y Tulkarm.
Menos de la mitad de los entrevistados tenían la capacidad de costear alimentos, por lo que muchos disminuían o se prescindían de los alimentos. De acuerdo con el reporte, los niños tampoco pueden ir a la escuela a causa de las constantes limitaciones y la escasez de recursos.
Además, las limitaciones de acceso continúan obstaculizando el tránsito de individuos por Cisjordania. Desde febrero, la clausura del puesto de control de Tayasir ha confinado a más de 60,000 palestinos entre el norte del valle del Jordán y el resto de la gobernación de Tubas, impactando seriamente en el acceso a mercados, puestos laborales y servicios.
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