El presidente de Corea del Sur, Yoon Seok-yeol, ha declarado la imposición de la ley marcial y el fin de las actividades del Parlamento, los partidos políticos, las protestas y manifestaciones. Igualmente ordenó que se asumiera el control de la prensa en todo el país.
La medida llega tras la negativa del Parlamento, controlado por la oposición, de aprobar los presupuestos generales propuestos por el Ejecutivo.
El presidente acusó a los partidos opositores de "simpatizar" con Corea del Norte y desestabilizar el país, afirmando que tomaba dicha medida para "proteger" a la nación.
Inmediatamente cientos de ciudadanos se han lanzado a las calles. El Parlamento ha sido tomado por los militares, que impiden el acceso de los legisladores.
Los líderes de la oposición han calificado la decisión como un golpe de Estado autoinflingido por el Gobierno y llaman al rechazo ciudadano de la medida.
Se han producido enfrentamientos entre civiles y fuerzas militares frente a la sede del Parlamento.
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