Más de 60 millones de mujeres y niñas obligadas a huir se enfrentan a un alto riesgo de terrorismo machista
Más de 60 millones de mujeres y niñas que se encuentran desplazadas por la fuerza o son apátridas se enfrentan a un alto riesgo de violencia de género, pero la financiación para los servicios vitales que las apoyan es lamentablemente escasa, según ha advertido la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Los datos de la ONU revelan que las denuncias de violencia sexual relacionada con los conflictos aumentaron en un 50% el año pasado con respecto a 2022, y las mujeres y las niñas representaron el 95% de los casos verificados. Sin embargo, estas cifras «representan una pequeña fracción de la realidad», ya que muchos casos no se denuncian.
«En muchos lugares remotos, el acceso humanitario está cortado o los recursos y la asistencia son escasos. El acceso a la justicia también sigue siendo limitado y los supervivientes temen represalias y marginación social», según la portavoz de ACNUR, Shabia Mantoo.
Mantoo detalla que los trabajadores que operan en situaciones de conflicto reciben noticias constantes de supervivientes que han sufrido violencia brutal, tortura, explotación sexual, violencia sexual y otros horrores, incluso como arma de guerra.
En la República Democrática del Congo, por ejemplo, los cuerpos de las mujeres y las niñas se han convertido en una extensión del campo de batalla en medio de la violencia cíclica y el empeoramiento de la inseguridad, aún en los lugares de desplazamiento. Además, los informes de violencia de género aumentaron este año, y la violación constituye la mayoría de los abusos.
«En Chad, las mujeres han denunciado haber sido violadas mientras huían del conflicto en Sudán», dice Mantoo.
«En Afganistán, las crecientes restricciones a las mujeres y las niñas, las altas tasas de violencia doméstica en el hogar y el empeoramiento general de la situación económica están contribuyendo a una crisis de salud mental, y los socios del ACNUR informan de un aumento del número de pacientes que buscan ayuda», añade.
Las mujeres refugiadas y migrantes que se desplazan por las rutas hacia el Mediterráneo siguen denunciando que se enfrentan a la violencia y la explotación sexuales, la esclavitud y la trata de personas. Los organismos humanitarios estiman que el 90% son violadas.
Mientras tanto, las supervivientes de la violencia sexual que han huido a los países vecinos suelen permanecer en situaciones precarias, debido a los riesgos adicionales de violencia de género que pueden afrontar durante su desplazamiento y a las demoras en el acceso a los servicios, que pueden ser limitados.
«Además de la violencia sexual relacionada con el conflicto, las mujeres y las niñas desplazadas por la fuerza también se enfrentan a altos riesgos de violencia de pareja. En determinados entornos de desplazamiento, se estima que los riesgos para ellas son un 20% superiores a los de las mujeres y las niñas no desplazadas», precisa la portavoz de ACNUR.
Además, las formas interrelacionadas de discriminación también aumentan los riesgos, incluso para las mujeres y niñas con discapacidad, las que viven en la pobreza o que tienen orientaciones sexuales, identidades de género, expresiones de género y características sexuales diversas, añade.
Las medidas tempranas de prevención salvan vidas
Mantoo argumenta que las medidas tempranas y efectivas de prevención y respuesta a la violencia de género para las mujeres y niñas afectadas por el desplazamiento forzado y el conflicto salvan y cambian vidas, pero hace hincapié en que el financiamiento está muy por debajo de las necesidades.
«Por ejemplo, para seis grandes planes regionales de respuesta a los refugiados –que cubren las necesidades humanitarias de los refugiados de la República Democrática del Congo, Afganistán, Sudán, Ucrania, Sudán del Sur y Siria– la programación de la violencia de género para todo el año para todas las organizaciones participantes, que asciende a 236 millones de dólares, actualmente sólo está financiada en un 28%», precisa.
ACNUR ha destacado especialmente este problema durante los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, una campaña mundial anual que se lleva a cabo del 25 de noviembre al 10 de diciembre.
La Agencia teme que sin la financiación adecuada, millones de mujeres y niñas desplazadas por la fuerza no puedan acceder a servicios esenciales el próximo año.
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