El primer ministro de Georgia, Irakli Kobajidze, anunció este jueves (28.11.2024) la decisión de congelar hasta el año 2028 el inicio de las conversaciones para su adhesión a la Unión Europea.
En una conferencia de prensa, Kobajidze afirmó que la medida de no poner en el tema en la agenda ya había sido considerada, y precisó además que el país renuncia a todas las ayudas provenientes de la Unión Europea.
Kobajidze también consideró que el inicio de las negociaciones es usado como un "elemento de chantaje" por parte de algunos políticos y burócratas europeos, por lo que Georgia debe convencerlos de «usar un lenguaje decente relacionado con el país, libre de insultos y chantajes».
De acuerdo con Kobajidze la Unión Europea daña la reputación de Georgia, al usar el inicio de las negociaciones para su adhesión al bloque como un instrumento de manipulación.
«La decisión del partido gobernante permitirá evitar daños», señaló el primer ministro. «Es absolutamente inaceptable que Georgia considere la integración en la Unión Europea como una cuestión de caridad», sostuvo.
El Gobierno georgiano hizo el anuncio luego de que el Parlamento Europeo aprobase una resolución, donde rechaza los resultados de las elecciones parlamentarias georgianas realizadas en el pasado mes de octubre, y exigió que se realicen nuevos comicios.
Tras el anuncio de Kobajidze, la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, exigió que se convocaran nuevas elecciones parlamentarias.
«La única salida a la situación actual es la convocatoria de nuevas elecciones al Parlamento», afirmó desde el Palacio Presidencial.
Posteriormente, miles de manifestantes salieron a las calles de Tiflis (capital), para concentrarse en áreas cercanas al edificio del Parlamento. La presidenta se unió a los manifestantes para exigir que se desarrollen nuevos comicios.
De acuerdo con la agencia 'TASS', se han producido hasta el momento enfrentamientos entre manifestantes y policías, quienes usaron gases lacrimógenos para hacerlos retroceder.
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