El pasado mes de octubre, el turismo en Argentina mostró una significativa caída. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), 754,900 visitantes no residentes ingresaron al país, lo que representa una disminución interanual del 36.6 porciento.
En los primeros diez meses de este año, el turismo receptivo sumó 9,121,000 y el emisivo 11,083,000 con un déficit de 1,962,000 visitantes.
Esta notable caída se relaciona con un tipo de cambio que ya no es favorable para los extranjeros como sí lo fue en 2023, hecho ligado al ajuste fiscal del presidente argentino, Javier Milei.
Por la depreciación del peso, desde la segunda mitad de 2023, el turismo extranjero fue creciendo para alcanzar un récord de 1,403,300 visitantes en enero 2024.
La repentina caída de la actividad turística genera preocupación por las reservas de divisas, ya que el turismo receptivo, clave para la entrada de dólares, sigue debilitándose.
De los turistas que arribaron a la nación sudamericana, 340,800 fueron excursionistas, y los principales países emisores fueron Brasil (23.0 porciento de los turistas receptivos) y Uruguay (17.7 porciento). Asimismo, las salidas del país crecieron en un 24.7 porciento, con un saldo negativo de 240,000 viajeros.
De este modo, el aumento en las salidas al exterior incrementa la demanda de dólares, profundizando la fuga de divisas en un difícil contexto económico.
• Fuente: Telesur
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