Anidado en el Departamento de Estado, del gobierno estadounidense, los llamados halcones que controlan la industria bélica de ese país tienen en la expansión y el mantenimiento de las guerras en diversas partes del mundo, su más lucrativo negocio.
A partir de la segunda guerra mundial donde su principal participación fue en la venta directa o condicional de materiales bélicos a los países que lucharon contra el eje Roma, Tokio, Berlín, especialmente a Inglaterra y Rusia, la industria de la guerra estadounidense es una de las que más beneficios le ha aportado al gran capital de esa nación.
Gran parte del aparato productivo de esa nación fue destinado, en esa época, a la fabricación de insumos para la guerra, desde aviones, barcos, submarinos, tanques, carros de asaltos, cañones, fusiles, ametralladoras, pistolas, revólveres, proyectiles de todos los calibres, camiones, jeeps, cascos de aceros, gorras, uniformes, etc.
Esta industria y el hecho de que el escenario del conflicto fue muy alejado de su territorio, convirtió a los EE. UU, al final de este, como la primera potencia económica del mundo.
Esa ha sido la conducta de los empresarios de la industria bélica de los EE. UU, por casi un siglo, después de finalizar el conflicto mundial, vino la guerra en Corea y luego en Vietnam.
Manteniendo la esencia y solo cambiando la forma, como lo acaba de afirmar el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, luego de haber aprobado un paquete de ayuda de más de 95,500 millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos a tres países en conflictos con sus vecinos, de los cuales 61,000 destinados a Ucrania; más del 60 ñ% para la compra de armas y pertrechos militares a la industria bélica de ese país. Dijo: «para decirlo sin rodeos, prefiero enviar balas a Ucrania que chicos estadounidenses».
Las afirmaciones del presidente Biden confirmar lo que decimos: «La Casa Blanca acordó en mayo permitir que Ucrania usara armamento proporcionado Estados Unidos para ataques limitados a poca distancia al otro lado de la frontera con Rusia».
Los restantes 36,500 millones son destinados a sostener la injusta y cruel matanza que el asesino de Netanyahu lleva a cabo contra el pueblo palestino de la Franja de Gaza y el gobernante títere de Taiwán Lai Ching -Te para su política de provocación a la República Popular China y su gobierno.
Para que el sionismo israelí mantenga su política de expansión y provocación en todo el medio oriente, contra Palestina, Siria, El Líbano e Irán, el congreso de los EE. UU aprobó 26,400 millones de dólares en armamentos incluidos posiblemente misiles nucleares.
La posición de los EE. UU en el Consejo de Seguridad la ONU, de vetar el pasado día 20 de noviembre, una resolución que busca un cese al fuego inmediato en Gaza, en apoyo al sionismo israelí, demuestra el empeño de los empresarios de la industria bélica de ese país de mantener un conflicto que ha dejado más de 44 mil muertos en su mayoría niños, mujeres y ancianos, pero que deja pingües beneficios.
Para los fantoches provocadores de la isla china de Taiwán, le asignaron 8,100 millones para que sigan intranquilizando esta parte de Asía
De los 95,500 mil millones aprobados por el Congreso de los Estados Unidos para la supuesta ayuda a países en conflictos y agresores de sus vecinos (Ucrania, Israel y Taiwán), casi el 70%, 66,500, se quedaron en manos de la gran industria de la guerra anidada en las altas esferas del poder estadounidense.
Y así dice el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, cuando se logró la aprobación de esa criminal e inhumana "AYUDA”, «con esta votación, EE. UU. le dice al mundo que hará todo lo posible para salvaguardar la democracia».
Ni el cómico de Volodímir Zelenski, Presidente de Ucrania, ni el sionista de Netanyahu y ni el provocador de Ching- Te, están recibiendo nada, sólo contribuyen a engordar las inmensas fortunas que la industria de la guerra les deja a los halcones del Pentágono y sus socios, dejando una estela de muerte y dolor en las poblaciones indefensas de mujeres, niños y ancianos.
Así contribuye el gobierno de los Estados Unidos "con la paz y salvaguarda de la democracia" en el mundo. Cuanta hipocresía.
• Foto: Yandex Image
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