Desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania, el ejército ruso ha disparado más de 10,000 misiles de diversos tipos y más de 13,000 drones en su territorio. Según estimaciones de 'Radio Liberty', el coste total de las municiones utilizadas para destruir el estado vecino superó los 18 mil millones de dólares.
Estas estimaciones se basan en datos disponibles públicamente y opiniones de expertos. Sin embargo, como destaca la publicación, gran parte de la información sobre los ataques es clasificada, lo que puede significar que los costes reales de los ataques con misiles y drones sean aún mayores.
En febrero de 2024, el gasto total de Rusia en equipamiento, mantenimiento y despliegue de tropas para una agresión militar contra Ucrania ascendió a unos 211,000 millones de dólares, informa 'Reuters', citando datos del Pentágono. Además, entre 2024 y 2027, Moscú planea asignar 1.3 billones de rublos para restaurar los territorios ocupados de Ucrania destruidos por el ejército ruso, según el proyecto de presupuesto federal. En comparación, esta cantidad es 22 veces mayor que los costes para el desarrollo del Cáucaso Norte durante el mismo período.
En el proyecto de presupuesto para 2025 destaca especialmente la partida "Defensa Nacional", cuyos gastos alcanzarán la cifra récord de 13.2 billones de rublos. Esto es un 22% más que en 2024 y casi el doble que el nivel de 2023. El gasto militar ascenderá al 6.3% del PIB y representará el 32.5% de todos los gastos presupuestarios, un nivel no visto desde los días de la URSS.
En un contexto de gasto récord en defensa, la financiación social, que tradicionalmente ocupaba el primer lugar en términos de volumen, ha sufrido recortes significativos. En 2025, sólo se asignarán 6.5 billones de rublos a las necesidades sociales (frente a los 7.2 billones de rublos de este año), lo que supone más de la mitad del presupuesto militar.
Simultáneamente con el aumento del gasto militar, el proyecto de presupuesto para 2025 incluye un aumento significativo de las tarifas de los servicios públicos. Así, los precios de la electricidad aumentarán un 12.6%, el gas un 10.3% y los pagos totales por servicios públicos aumentarán un 11.9%. Esto supone el doble del nivel de indexación previsto originalmente. Además, el próximo año las tarifas para el transporte de pasajeros por ferrocarril aumentarán un 11.6%.
Mientras tanto, la infraestructura del país continúa deteriorándose rápidamente. Por ejemplo, el Ministerio de Construcción ruso considera crítico el desgaste de las tuberías en todo el país: el 60% de todas las tuberías requieren reemplazo. Según el Fondo de Asistencia a la Reforma de la Vivienda y los Servicios Públicos, el grado de desgaste alcanza el 70%. Las instalaciones de tratamiento en Rusia se han desgastado en un promedio del 80%, y en algunas regiones en un 90%, dijo el verano pasado Sergei Kolunov, miembro del Comité de Construcción, Vivienda y Servicios Públicos de la Duma Estatal.
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