Desde hace 15 días, Mozambique se ve sacudido por manifestaciones, a instancias del desafortunado opositor Venâncio Mondlane. Si bien las represiones ya han costado la vida a unas cuarenta personas, la crisis postelectoral también está acentuando una crisis económica ya bien arraigada en el país. Desde los bloqueos de carreteras hasta la destrucción de infraestructuras, pasando por la escasez, la situación preocupa a los círculos financieros.
La agencia de calificación 'Standard & Poor's' cree que la crisis actual aumenta los riesgos ya elevados de que el gobierno no pueda pagar su deuda interna. La agencia de calificación ya había constatado las dificultades de Mozambique el 18 de octubre al rebajar la calificación de la moneda local. A partir de ahora, las turbulencias ejercerán presión sobre las ya ajustadas finanzas del gobierno, señala un analista.
Este riesgo de impago de su deuda es preocupante, porque el país tiene pasivos. En 2016, Mozambique se encontró en default debido a un enorme asunto de deuda oculta.
Hoy en día, los actuales movimientos de protesta se han traducido, por ejemplo, en el bloqueo de determinadas carreteras y el cierre del puesto fronterizo con Sudáfrica. Medidas que cuestan más de 520,000 euros al día, según la Asociación de Transitarios de Sudáfrica.
Además, la situación de seguridad en Cabo Delgado (Norte) impone importantes esfuerzos militares (y, por tanto, financieros) al Estado de Mozambique. También impide el relanzamiento del inmenso proyecto de gas con el que Maputo cuenta para aumentar significativamente sus ingresos fiscales e impulsar su crecimiento.
Comentarios
Publicar un comentario