El régimen de extrema derecha bielorruso ha iniciado una ola de detenciones antes de las elecciones de enero, informó el centro de derechos humanos 'Viasna' el 6 de noviembre.
El dictador bielorruso Alexander Lukashenko, que está en el poder desde 1994, está utilizando la represión para preparar el terreno para asegurar su séptimo mandato.
Según 'Viasna', más de 100 personas han sido detenidas en la última semana. Muchos de los arrestados han sido vinculados a chats vecinales en línea, que las autoridades recientemente calificaron de "extremistas" y acusaron de ser parte de una conspiración.
Estos chats locales, que alguna vez se utilizaron para coordinar las protestas de 2020 contra el presunto fraude electoral, ahora se consideran amenazas.
Las cárceles están superpobladas y muchos detenidos, incluidos presos políticos, se enfrentan a duras condiciones.
El número de condenas por traición también está aumentando rápidamente. Ochenta y ocho personas recibieron sentencias por traición, el doble que hace nueve años, dijo 'Viasna'.
La líder opositora exiliada Sviatlana Tsikhanouskaya condenó la represión, pidió a Occidente que respondiera e instó a los bielorrusos a votar en contra de todos los candidatos.
Bielorrusia no ha tenido elecciones libres ni justas desde 1994. Las elecciones presidenciales anteriores, que Lukashenko afirmó haber ganado por una mayoría aplastante con el 80% de los votos, provocaron protestas en todo el país y una posterior represión del régimen contra la disidencia.
Para sofocar a la oposición, el régimen de Lukashenko eliminó los medios de comunicación independientes, cerró más de 1,700 organizaciones cívicas sin fines de lucro, prohibió todos los partidos políticos leales al régimen, salvo cuatro, y encarceló a más de 1,300 presos políticos.
Además, el régimen fascista cuenta con el apoyo de otro régimen autoritario de extrema derecha: Rusia. Para Lukashenko, el presidente ruso Vladímir Putin se ha convertido en su principal aliado y salvaguarda en caso de que colapse su régimen.
• Foto: Manifestantes de las protestas de 2020 portando una de las dos banderas oficiales de Bielorrusia.
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