A finales de siglo, el Ártico se calentará entre 6 y 10°C. Esto puede resultar en la destrucción de carreteras y edificios.
A finales del siglo XXI, el permafrost en las regiones de Arkhangelsk y Murmansk desaparecerá y la temperatura general en el Ártico aumentará entre 6 y 10°C, según un informe del Instituto de Oceanología de la Academia de Ciencias de Rusia. El estudio del cambio climático se llevó a cabo en colaboración con el Instituto de Problemas del Agua del Norte del Centro Científico de Carelia de la Academia de Ciencias de Rusia.
«El análisis permitió sacar conclusiones sobre cambios climáticos significativos en la región estudiada: en particular, ha aumentado la cantidad de precipitaciones y se ha producido un aumento acelerado de la temperatura. Además, en los próximos 30 años este calentamiento continuará y ascenderá a 2-3 grados, dependiendo poco del escenario de emisiones de gases de efecto invernadero», informa 'TASS' citando el servicio de prensa del Instituto de Oceanología.
En menos de 100 años, las temperaturas en el Ártico ya han aumentado entre 2 y 4°C. Al mismo tiempo, la tasa de crecimiento de la temperatura en la región es el doble que en otros territorios. Los científicos dicen que el aire del Ártico se calienta más en noviembre y abril.
La desaparición del permafrost y el calentamiento del Ártico provocarán muchos problemas que dificultarán la vida en la región. Un experto anónimo, en conversación con la publicación 'Kedr', afirma que debido a las fluctuaciones de temperatura, las superficies de las carreteras, los materiales de acabado y los cimientos de los edificios pueden quedar inutilizables. Por ejemplo, en la región rusa de Arkhangelsk, la ausencia de permafrost no permitirá que la industria maderera entre en las parcelas y las zonas forestales pueden convertirse en pantanos.
El experto señala también que los territorios siberianos serán los más afectados por el cambio climático, donde pueden surgir problemas con la producción y el suministro de gas. La geógrafa Yulia Kuznetsova señala que "sembrar Siberia" debido al calentamiento podría, en teoría, aumentar la productividad agrícola, pero al mismo tiempo llegarán a la región sequías, huracanes e inundaciones.
«Es mejor extraer gas de suelos helados, porque entonces las chimeneas de los pozos se mantienen firmes y, si comienzan los procesos de calentamiento, las chimeneas empiezan a colapsar», dijo a la publicación 'Kedr'.
El calentamiento en el Ártico ya está afectando a los habitantes de las zonas de permafrost, que representan el 65% de toda la superficie de Rusia. Así, según el Ministerio de Desarrollo del Lejano Oriente y el Ártico, en 2020 la causa del fallo del 23% de los sistemas técnicos fue la destrucción del permafrost, y alrededor del 40% de los cimientos de los edificios se deformaron debido al cambio climático.
Según las investigaciones, es imposible detener por completo el aumento de temperatura en el Ártico. Incluso si se reducen radicalmente las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura aumentará entre 2 y 3°C respecto a la actual.
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