La Oficina de Medios del Gobierno de Gaza informó en un comunicado que, el pasado viernes, los ataques del Ejército israelí alcanzaron edificios residenciales civiles pertenecientes a las familias Shalayel y Al-Ghandour en la gobernación del norte de la Franja de Gaza.
«Estos crímenes se producen en un momento en que el ejército de ocupación está señalando a familias civiles, cuyos edificios residenciales están habitados por civiles y personas desplazadas y se componen de varios pisos», recoge el comunicado.
Por otro lado, en medio de la difícil situación que atraviesa la población civil en Gaza, las mujeres embarazadas enfrentan una doble crisis de salud y supervivencia.
Yasmin Al-Masri, una joven madre desplazada en la zona de desastre de Beit Lahiya, mencionó a la agencia de noticias 'Anadolu' que, debido al asedio, la situación ha empeorado ante los efectos combinados del hambre y la sed.
«Desde que empezó el bloqueo, no he tenido comida ni agua en condiciones. La mayoría de los días, solo tengo pan para comer y, a veces, siento que estoy a punto de desmayarme», mencionó Yasmin.
De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas, hay unas 4,000 mujeres embarazadas que están atrapadas en el norte de Gaza. Todas ellas con el temor de que sus hijos no sobrevivan al nacer debido a que los constantes bombardeos y bloqueos, por parte de las fuerzas sionistas, han dejado a los hospitales ineficaces.
Las fuerzas sanitarias en el enclave confirmaron que el número de palestinos asesinados por los ataques israelíes ha aumentado a 43,314 víctimas mortales además de 102,019 heridos, desde el 7 de octubre de 2023.
En este sentido, la entidad hizo un llamado a la comunidad internacional para detener el genocidio cometido por el Ejército israelí en los territorios ocupados y detener la guerra de limpieza étnica contra civiles indefensos.
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