Donald Trump ha presentado una denuncia contra el Partido Laborista en el poder en el Reino Unido y la campaña de Harris-Walz, acusando al partido de "injerencia" en las elecciones estadounidenses después de que funcionarios laboristas viajaran supuestamente a Estados Unidos para ofrecer asesoramiento a los demócratas.
La carta comenzaba citando la revolución americana antes de deletrear 'Britain' (Gran Bretaña) como 'Britian', evocando la rendición de las tropas británicas ante Estados Unidos en la batalla de Yorktown en 1781.
«Parece que el Partido Laborista y la campaña de Harris para presidenta han olvidado el mensaje», decía la queja, sin explicar la comparación. Añadía que los contactos entre funcionarios laboristas y la campaña de Harris equivalen a "contribuciones extranjeras ilegales" y pedía una investigación inmediata.
La denuncia, enviada por el abogado de la campaña de Trump, Gary Lawkowski, adjuntaba un reportaje del 'Wall Street Journal' en el que se afirmaba que estrategas laboristas habían estado asesorando a Harris sobre cómo recuperar a los votantes descontentos y hacer una campaña ganadora "desde el centro-izquierda".
También adjuntaba una publicación en 'LinkedIn', ya borrado, del jefe de operaciones laboristas en el que se ofrecía a organizar el alojamiento de los miembros laboristas que viajasen al estado clave en la batalla de Carolina del Norte. Una declaración en la página web 'DonaldJTrump.com' calificó al Partido Laborista de "extrema izquierda" y dijo que había inspirado las "peligrosas" políticas de la candidata demócrata Kamala Harris.
El primer ministro británico, Keir Starmer, no negó la acusación, pero dijo que no equivalía a una "injerencia extranjera". Afirmó que los estrategas trabajaban como voluntarios en su tiempo libre para ayudar a la campaña de Harris-Walz y que sus viajes no estaban organizados ni financiados por el partido.
«Eso es lo que han hecho en elecciones anteriores, eso es lo que están haciendo en estas elecciones», dijo Starmer en una cumbre de la Mancomunidad de Naciones en Samoa.
El líder británico añadió que tenía una buena relación con Trump, con quien se reunió en Nueva York en septiembre, y que trabajaría con quien ganara las elecciones, que calificó de "muy ajustadas". Trump elogió al primer ministro antes de su reunión, diciendo que había, "corrido una gran carrera" electoral y llamándolo popular en el Reino Unido.
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