La junta gobernante de Mali anunció, el miércoles 10 de julio, que volvía a autorizar las actividades de los partidos y las asociaciones políticas, que había suspendido en abril de 2024.
"El Gobierno decidió levantar la suspensión que prohibía los partidos políticos y las actividades de las asociaciones políticas", dijo un comunicado del consejo de ministros, dominado por los líderes militares que tomaron el poder en un golpe de Estado en 2020.
La suspensión había sido justificada por el jefe del Gobierno militar, el coronel Assimi Goïta, alegando "debates estériles" y "subversión" de los partidos políticos, que, según él, suponían un peligro para el "diálogo" nacional en curso sobre el futuro político de Mali.
En aquel momento, los partidos protestaban por la decisión de los coroneles de permanecer en el poder más allá de la fecha límite de marzo de 2024 para volver al gobierno civil.
Los principales partidos y lo que queda de la oposición boicotearon el "diálogo", que siguió adelante de todas formas con los partidarios del régimen, que en mayo emitieron "recomendaciones" para que los militares permanecieran en el poder "de dos a cinco años más", y para que se permitiera al actual jefe de la junta presentarse a unas futuras elecciones presidenciales.
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