Rusia necesita reanudar la producción de misiles terrestres de mediano y corto alcance, dijo el presidente ruso Vladimir Putin en una reunión con miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
Los misiles con un alcance de 500 a 5.5 mil kilómetros, que durante la época soviética estaban llenos de ojivas nucleares y apuntaban a miembros europeos de la OTAN, fueron destruidos a fines de la década de 1980 como parte de un tratado firmado por Mikhail Gorbachev y Ronald Reagan en la última década de la Unión Soviética. años. En 2019, Estados Unidos se retiró del Tratado INF, acusando a Rusia de violarlo.
"Estados Unidos, con un pretexto descabellado, se retiró de este tratado y anunció que produciría tales sistemas de misiles", dijo Putin el Viernes (28.06.2024). Según él, los misiles estadounidenses de medio y corto alcance fueron trasladados a Europa "para ejercicios" y recientemente "se anunció que están en Filipinas".
"Necesitamos reaccionar ante esto y tomar una decisión sobre lo que tendremos que hacer a continuación en esta área. Aparentemente, necesitamos comenzar a producir estos sistemas de ataque y luego, basándose en la situación real, tomar una decisión sobre dónde, si es necesario para garantizar nuestra seguridad, colocarlos", dijo Putin.
Según datos estadounidenses, Rusia ya tiene en su arsenal misiles de alcance medio y corto. Se trata del misil 9M729 del complejo Iskander, que también puede equiparse con una ojiva nuclear. A pesar de que el alcance declarado del complejo es de 500 km, Estados Unidos cree que el 9M729 es capaz de volar mucho más lejos y, cuando se despliega en la región de Kaliningrado, su radio de destrucción cubre las capitales de Europa occidental.
Este fue precisamente el motivo de la retirada de Washington del Tratado INF, que en los últimos años de la URSS puso fin a las armas nucleares en Europa. Rusia, sin embargo, también expresó quejas contra Estados Unidos, argumentando que los sistemas de defensa antimisiles ubicados en Polonia y Rumania podrían usarse con fines de ataque.
En los primeros días de la guerra con Ucrania, Putin anunció la transferencia de las fuerzas nucleares rusas a un "régimen especial" de combate y seis meses después amenazó con utilizar "todos los medios disponibles" para proteger los territorios ocupados de Ucrania. A principios de 2023, Putin anunció la suspensión de la participación de Rusia en el Tratado de Armas Estratégicas Ofensivas con Estados Unidos, el último acuerdo bilateral remanente de la era de la distensión que limitaba el número de ojivas nucleares entre las principales potencias nucleares. Un mes después, Putin anunció el despliegue de armas nucleares tácticas en el territorio de Bielorrusia y en el verano de 2024 ordenó ejercicios sobre su uso.
En Junio de 2024, Putin anunció que Rusia se preparaba para cambiar su doctrina nuclear, que en su versión actual permite el uso de armas nucleares en caso de amenaza nuclear o "una amenaza existencial al Estado". La futura revisión de la doctrina se debe a que Occidente está considerando la posibilidad de reducir el umbral para el uso de armas nucleares, y también está desarrollando dispositivos nucleares explosivos de potencia ultrabaja, afirmó Putin.
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