La Alianza del Atlántico Norte ha expresado "serias preocupaciones" de que Rusia pueda haber minado infraestructura submarina crítica en el Mar del Norte, escribe 'The Times'.
Las sospechas se basan en datos de empresas que operan plataformas clave de petróleo y gas, oleoductos y cables de electricidad y telecomunicaciones.
"Aún no se ha establecido un sabotaje en los cables holandeses o belgas, pero se descubrieron explosivos en un cable británico al comienzo de la crisis ucraniana", dijo a la publicación Thomas De Spiegeleer, portavoz de la unidad de seguridad marítima belga.
La publicación belga De Tijd analizó los registros marítimos y publicó una investigación según la cual más de 160 buques civiles rusos realizaron en los últimos diez años 945 maniobras sospechosas, 749 de las cuales se registraron en un radio de un kilómetro de oleoductos en el Mar del Norte. Otras 72 actividades sospechosas se cometieron en el ámbito de los cables eléctricos, y las 124 restantes en torno a los cables de telecomunicaciones.
Según la publicación, desde principios de año, el arrastrero ruso Kapitan Sokolov y otros cuatro barcos se han comportado de manera inusual al pasar sobre tuberías y cables clave en el Mar del Norte. Al pasar sobre la infraestructura submarina, los barcos redujeron la velocidad. Según la publicación, lo hicieron con fines de reconocimiento y sabotaje.
"Los barcos rusos ya son sospechosos, incluso si siguen la ruta estándar. Porque todo barco ruso, incluso si trabaja para una empresa privada, en cualquier caso trabaja para el gobierno. Las rutas inusuales no siempre plantean dudas, pero resultan sospechosas si pasan por tuberías y cables", concluyó De Spiegelaer.
La protección de infraestructuras submarinas críticas se ha convertido en un foco importante para la OTAN y los países litorales europeos tras el sabotaje de los gasoductos rusos Nord Stream en el otoño de 2022.
A principios de Abril, Euractiv escribió que seis países europeos con fronteras marítimas en el Mar del Norte habían firmado un acuerdo para trabajar juntos para proteger la infraestructura submarina de posibles ataques rusos. Representantes de Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania, Noruega y los Países Bajos firmaron el convenio colectivo.
Las amenazas a los cables y oleoductos submarinos se convirtieron en el foco de los servicios de seguridad en los países de Europa occidental después de las explosiones en septiembre de 2022 en los gasoductos Nord Stream 1 y 2, tendidos bajo el mar Báltico para transportar gas de Rusia a Alemania.
Entonces la OTAN comenzó a preocuparse por un posible ataque ruso a los cables submarinos que transportan alrededor del 98% del tráfico telefónico y de datos de Internet en todo el mundo. Los oleoductos de Noruega, que suministran gas natural al continente, también están amenazados.
En Mayo de 2023, el subsecretario general de Inteligencia y Seguridad de la OTAN, David Cuttler, afirmó que Rusia se estaba preparando para atacar la infraestructura submarina de los países de la alianza. Afirmó que Rusia estaba mapeando la infraestructura crítica de los aliados tanto en tierra como bajo el agua, y que las operaciones planificadas involucrarían a agencias militares y de inteligencia rusas.
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