Emmanuel Macron lo apostó todo, y perdió. Tras un desempeño rídiculo en las elecciones europeas donde la ultraderecha le dobló en votos, el partido del presidente francés, Renacimiento, ha terminado crucificado este Domingo en las urnas tras unas elecciones con récord de participación y de desplome del voto al líder neoliberal. La apuesta del presidente era clara: frente a la derecha que amenaza nuestra democracia y la izquierda 'social-comunista' que amenaza nuestro sistema capitalista, votadme a mí, que soy la alternativa. Entre el caos (todos los demás) y Macron, el pueblo eligió el caos. La victoria de la extrema derecha francesa es el resultado del largo deterioro de las condiciones de vida de los ciudadanos por las políticas neoliberales austericidas, y la perdida progresiva de la legitimidad del gobierno, cuyo programa de recortes de derechos y conquistas sociales fue minando las bases electorales que se movían entre las opciones "tradicionales", permitiendo el
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