En 2023, al menos 1,153 personas murieron a causa de ejecuciones, según Amnistía Internacional. En su informe anual publicado este Miércoles 29 de Mayo, la organización de derechos humanos enumera dieciséis países que han cometido asesinatos: seis en Asia, ocho en Oriente Medio, uno en América y uno en África. Pero a falta de datos existentes o suficientes sobre China, Corea del Norte o Vietnam, donde se cree que miles de personas fueron ejecutadas, las cifras presentadas están sin duda por debajo de la realidad.
A escala global, la observación es clara. "Un número de países menor que nunca llevó a cabo el mayor número de ejecuciones registrado en casi una década", afirma la ONG. Amnistía Internacional deplora la tasa de ejecuciones más alta desde el pico excepcional de 1,634 ejecuciones registrado en 2015. En 2023 se produjeron un 30% más de ejecuciones que en 2022, con 883 ejecuciones. Y más aún que en 2021 y 2020, años en los que la pandemia de Covid-19 redujo drásticamente el uso de la pena de muerte en muchos países.
Con 853 ejecuciones registradas en 2023, cinco de ellas de menores en el momento de la sentencia, Irán muestra un "total desprecio por la vida humana", critica la organización de derechos humanos. Sólo Teherán representa el 74% de todas las ejecuciones registradas, detalla Amnistía. La ONG denuncia prácticas indiscriminadas, motivadas por "el objetivo de sembrar el miedo entre la población y reforzar su control del poder". Desde Septiembre de 2022 y la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, el país se ha visto afectado por un movimiento de protesta masivo. Al menos seis manifestantes fueron ejecutados tras la movilización.
Castigar la corrupción o las relaciones fuera del matrimonio
Tras Irán, los asesinatos han aumentado un 15% en Oriente Medio, en lo que respecta a ocho países, entre ellos Arabia Saudita, responsable del 15% de las ejecuciones en todo el mundo , Yemen, Egipto, Iraq, Palestina y Siria. Al mismo tiempo, la región de Asia y el Pacífico, que incluye en particular a China, Corea del Norte y Vietnam, "contabilizó el mayor número de ejecuciones en el mundo", afirma la ONG, a pesar de la ausencia parcial de datos. En el África subsahariana, el número de ejecuciones registradas se ha más que triplicado, detalla el informe, debido a al menos 38 ejecuciones en Somalia. En Estados Unidos, a pesar de la tendencia a la baja observada en los últimos años, se llevaron a cabo 24 ejecuciones en cinco estados, principalmente en Texas y Florida. Se trata de la tasa más alta desde 2018. "Todos estos países utilizan la pena de muerte como arma contra opositores, personas marginadas o minorías étnicas", denuncia Anne Denis, jefa de la comisión para la abolición de la pena de muerte, ante Amnistía Internacional en Francia al ser contactada por teléfono.Aunque el derecho internacional permite ejecuciones por "los delitos más graves", es decir, el homicidio intencional, una proporción importante de ellas se llevan a cabo fuera de este único delito. Este es particularmente el caso de las condenas relacionadas con el tráfico o el consumo de drogas, que representan el 44% de las ejecuciones en 2023. A pesar de la incompatibilidad según el derecho internacional, Irán (481 ejecuciones), Arabia Saudita (19), Singapur (5), Kuwait (1) y China todavía lo usa. "Es más fácil resolver el problema de las drogas con la pena de muerte que abordando las dificultades sociales o apoyando a las personas marginadas", denuncia Anne Denis. Las otras causas que conducen a ejecuciones son vastas, desde la corrupción hasta las relaciones fuera del matrimonio, nuevamente, fuera del marco previsto por el derecho internacional".
Condenar, pero sin ejecución
Según Amnistía, se dictaron más de 2,428 nuevas condenas en 52 países, un aumento del 20% con respecto a 2022, subraya el informe. A finales de 2023, al menos 27,687 personas estaban condenadas a muerte, lo que, sin embargo, no significa necesariamente ejecución. En el África subsahariana en particular, las sentencias aumentaron un 66%, pasando de 298 en 2022 a 494 en 2023. Pero la moratoria vigente en gran parte del continente africano, que consiste en dictar la sentencia sin ejecutarla, "es un primer paso antes de la decisión legislativa de abolición", asegura Anne Denis. "Tenemos pruebas de que las cosas están avanzando y de que estamos logrando avances". Al mismo tiempo, Kenia, Zimbabue, Liberia y Ghana han aplicado "medidas encaminadas a la abolición", subraya la ONG. Esto también señala acontecimientos notables en Pakistán, donde se ha derogado la pena de muerte por delitos de drogas.Como cada año, la tendencia abolicionista avanza y genera el creciente aislamiento de los países no abolicionistas, señala Amnistía. En 2023, de los 193 países reconocidos por Naciones Unidas, 112 países han abolido la pena capital y 144 lo han hecho en la ley o en la práctica, se felicita la organización de derechos humanos. Pese a todo, Amnistía pide vigilancia. "Los discursos a favor de la pena de muerte han ocupado un lugar central en ciertos países, después de crímenes de alto perfil o antes de las elecciones", en particular en Corea del Sur, Estados Unidos y Taiwán.
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