El presidente dominicano, Luis Abinader, afirmó este Lunes que no es cierto que Haití reciba armas desde su país, porque en República Dominicana son «siete veces más caras» que en la nación fronteriza.
«Las informaciones de inteligencia que tenemos indican de que eso ni es cierto ni es lógico. Puede que haya información que haya venido y no es eso cierto. Aquí (en República Dominicana) son siete veces más caras las armas que en Haití, no es lógico ni llevar armas (…) traer armas. Lo que en su momento sucedía era que (desde Haití) traían armas de allá para acá», afirmó el gobernante.
Abinader respondió a una pregunta durante su acostumbrada conferencia de prensa de los Lunes en el Palacio Nacional, en el sentido de que desde el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se había establecido que desde República Dominicana llegaban armas a Haití.
«El Consejo (de Seguridad) de la ONU no ha dicho eso, no es cierto (…) quiero corregirte que en ningún momento el Consejo de Seguridad de la ONU ha dicho eso, eso es una información totalmente falsa», dijo el jefe de Estado dominicano.
El Viernes pasado, en Haití se dio a conocer un informe del Grupo de Expertos de la ONU, en el que se establece de que la mayoría de las armas de fuego que llegan a ese país provienen desde República Dominicana y Estados Unidos.
«La mayoría de las armas de fuego y municiones en circulación en el país son fabricadas o compradas originalmente en Estados Unidos. Llegan a Haití directamente desde Estados Unidos o a través de la República Dominicana», indica el documento.
El tráfico de armas se ve beneficiado por «la inseguridad, el vacío institucional y la debilidad de los controles fronterizos», que ofrecen a los delincuentes, en particular a las redes de criminalidad transnacional, «una oportunidad de oro para ampliar sus actividades», señalan los expertos de la ONU, que visitaron la República Dominicana y Haití para la elaboración del estudio.
«Las informaciones de inteligencia que tenemos indican de que eso ni es cierto ni es lógico. Puede que haya información que haya venido y no es eso cierto. Aquí (en República Dominicana) son siete veces más caras las armas que en Haití, no es lógico ni llevar armas (…) traer armas. Lo que en su momento sucedía era que (desde Haití) traían armas de allá para acá», afirmó el gobernante.
Abinader respondió a una pregunta durante su acostumbrada conferencia de prensa de los Lunes en el Palacio Nacional, en el sentido de que desde el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se había establecido que desde República Dominicana llegaban armas a Haití.
«El Consejo (de Seguridad) de la ONU no ha dicho eso, no es cierto (…) quiero corregirte que en ningún momento el Consejo de Seguridad de la ONU ha dicho eso, eso es una información totalmente falsa», dijo el jefe de Estado dominicano.
El Viernes pasado, en Haití se dio a conocer un informe del Grupo de Expertos de la ONU, en el que se establece de que la mayoría de las armas de fuego que llegan a ese país provienen desde República Dominicana y Estados Unidos.
«La mayoría de las armas de fuego y municiones en circulación en el país son fabricadas o compradas originalmente en Estados Unidos. Llegan a Haití directamente desde Estados Unidos o a través de la República Dominicana», indica el documento.
El tráfico de armas se ve beneficiado por «la inseguridad, el vacío institucional y la debilidad de los controles fronterizos», que ofrecen a los delincuentes, en particular a las redes de criminalidad transnacional, «una oportunidad de oro para ampliar sus actividades», señalan los expertos de la ONU, que visitaron la República Dominicana y Haití para la elaboración del estudio.
Entre ambos países, hay cuatro pasos fronterizos terrestres oficiales a lo largo de los 392 kilómetros de línea divisoria e innumerables pasos no oficiales y, en la mayor parte de los casos examinados por el Grupo de Expertos, el tráfico pasa por el puesto fronterizo de Belladère.
El mismo informe establece que la costa del sur de Haití es el punto de llegada de cocaína procedente del departamento colombiano de la Guajira, transportada en barco o en pequeñas aeronaves que pueden volar por debajo de los radares.
Una vez descargada en Haití, la droga pasa la frontera dominicana por tierra, se envía a Punta Cana (este dominicano) y de ahí a Puerto Rico
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